miércoles, 28 de octubre de 2015

La ingeniería hidráulica no es para el corazón


El Agua ha inundado
siempre mi corazón.
Si alguna vez no lo expresé
fue porque me confundí
y pensé que algo pasaba
afuera
que yo debía respetar
mantener, no inundar.

Pensé: si la palabra
no inunda, que inunde la piel.
Y dejé la palabra en un dique.
Pero es una confusión:
A veces las pieles
no dicen todo.

Las palabras que venían
inundaron cuadernos
que no mostré.

Ahora ya está.
No hay más dique,
y hay palabras,
otras,
y hay silencio.

Que haya
todo lo necesario.
Que haya agua, aire,
fuego, tierra.
Eso sí, no voy a seguir
construyendo diques.

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