Quiero saber qué impulso de vida es éste, que asoma en cada pelo de gato, y en todas las mantas de invierno, y que las flores ostentan en sus formas y sus colores tan sinceramente; que andan susurrando por las alcobas, que los violines seducen guitarras.
Todo es el cuerpo, y el cuerpo son los sexos.
Todo es la belleza, pero la integral, la que también es música y mate cocido.
Todo late con el impulso de la vida, la luna también.
Cada ventana da a la vida, y afuera buscan en calor de estar adentro.
Ahora creo que entiendo mejor la luz de la luna, que es silencio y tan sensual. Pero el sol es el acto, es la vida en ese instante, es todas las músicas y los niños, todos los sexos que se aman y buscan.
No hay otro sol que ese que es vida.
No hay otra luna que la que es sensualidad.
No hay otro pasto que el que crece verde por amor.
No hay otros colores que los que buscan la belleza de ser.
No hay música que no sean seres amando.
No hay nada más fuerte que la vida.
Y no hay más paraíso que éste, acá están la vida y la muerte, o la falta de vida que también es vida, latente en lugares diferentes.
¿Cómo va a ser mejor el Paraíso?
Todo tiene vida, y la vida es todo lo que hay.
Todo está vivo y late por amor.
