No me toques, marea
-eso pensé-.
Pero el mar no me hizo caso
esta vez.
Me pedía a gritos
que recuerde un lugar, y yo
me dejé llevar.
La ciudad, lejana,
yo cada vez peor.
Tan simbólico que quise partir,
dejar este sol,
y buscar el real.
Allá por el sur,
mi alma estará,
esperándome, frente al mar.
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